sábado, 21 de septiembre de 2013

El Tano ll

El Tano, después de aquella charla donde me contó su fe.
Me siguió contando algunas otras cosas de la vida en aquellos días que nos encontrábamos en la plaza siendo  ya el predicador y siendo yo uno mas de aquellos
Seres que andaban sin ideología y lo peor de todo cada vez más convencido que ese era el camino.
En fin, cuestiones que no vienen al caso.
El tema es que el Tano  me contaba historias desprendidas de su propia historia.
De cuando se encontró con un mundo nuevo en la iglesia a la que llego por el olor a naftalina y la ropa salida de otro tiempo.
Fue entonces que me contó de aquellos enormes baúles  con ropa donde la gente se vestía buscando su propio estilo y también me contó como ese era uno de los primeros
Pasos para convertirse y pode predicar aquella religión.
Pensé muchas cosas  mientras el tano me contaba, pero seguí escuchando.
Aquellas ropas serian las que identificarían al predicador después de eso te dan el librito azul y te largan con tu fe por allí para que se la cuentes a otros.
Entonces me acorde de los días de liquidación en las grandes tiendas, y del ultimo best Seller que salio y que tenès que leer si quieres tener tema en algunos lugares
Y entonces gracias al Tano me quedé pensando que la fe se parece mucho al consumismo



1 comentario:

  1. Me acordé de una entrega de Café Amargo con Teresa Porzecanski. En un momento hablando de religiones y papstores, Mario le dice algo como que en el Río de la Plata, eso se llama robar-la-plata, o chantada. Y Teresa le dice como que si lo ves del lado del que mueve el negocio, sí. Pero si lo ves del lado del que cree, la cosa cambia. La gente necesita en qué creer.
    Yo creo en amazon.com.

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