El Tano, después de aquella
charla donde me contó su fe.
Me siguió contando algunas otras
cosas de la vida en aquellos días que nos encontrábamos en la plaza siendo ya el predicador y siendo yo uno mas de
aquellos
Seres que andaban sin ideología y
lo peor de todo cada vez más convencido que ese era el camino.
En fin, cuestiones que no vienen
al caso.
El tema es que el Tano me contaba historias desprendidas de su propia
historia.
De cuando se encontró con un
mundo nuevo en la iglesia a la que llego por el olor a naftalina y la ropa
salida de otro tiempo.
Fue entonces que me contó de aquellos
enormes baúles con ropa donde la gente
se vestía buscando su propio estilo y también me contó como ese era uno de los
primeros
Pasos para convertirse y pode
predicar aquella religión.
Pensé muchas cosas mientras el tano me contaba, pero seguí
escuchando.
Aquellas ropas serian las que identificarían
al predicador después de eso te dan el librito azul y te largan con tu fe por allí
para que se la cuentes a otros.
Entonces me acorde de los días de
liquidación en las grandes tiendas, y del ultimo best Seller que salio y que
tenès que leer si quieres tener tema en algunos lugares
Y entonces gracias al Tano me quedé
pensando que la fe se parece mucho al consumismo
Me acordé de una entrega de Café Amargo con Teresa Porzecanski. En un momento hablando de religiones y papstores, Mario le dice algo como que en el Río de la Plata, eso se llama robar-la-plata, o chantada. Y Teresa le dice como que si lo ves del lado del que mueve el negocio, sí. Pero si lo ves del lado del que cree, la cosa cambia. La gente necesita en qué creer.
ResponderEliminarYo creo en amazon.com.