Esa mañana no le importo tener
aquella melena rancia que se notara a lo
lejos que no se lavaba la cabeza hacia unos cuantos días. No le dio pudor como
otras veces salir a la calle con aquella melena infame que había querido ser el
comienzo de una vida rocanrolera. Y que termino siendo violada por un carnicero
de la otra cuadra y la insistencia de un padre desesperado cuando arrancaba con
su primer empleo. Para él la primera vez que se prostituía.
Después, mucho después, con los
años confesaría que no había estado mal
haberse prostituido en una carnicería de barrio entre el frio y las medias reces. Esperando
cada mañana que llegara la hora de irse y sintiéndose vivo cumpliendo la tarea había
aprendido mucho
En un rato todo podría ser
distinto, arrancaba para el encuentro con el Bocha y otra gente de la barra que
no veía hacía mucho tiempo.
Mientras hacia aquel recorrido a
la cantina que podría hacer caminando para atrás, con los ojos vendados o de
cualquier otra forma exótica. Recordaba los tiempos en que en la cantina
estaban todos y el camino posterior en el que iban desapareciendo uno a uno a
medida que el tiempo pasaba ,el rocanrol se enredaba en las patas y cada uno
entregaba su cuerpo al gigoló que mas pagara.
El entre las carnes, Pedro en la
carpintería de la otra cuadra y el Bocha….El bocha que luego de un episodio un
tanto confuso termino por quedarse con la Cantina siendo el nuevo encargado de
matar las penas con alcohol de los prostitutos de la vuelta que salían de la fabrica
después que sonaba la sirena a las cinco de la tarde
En fin que después de ese
derrotero intelectual se encontró en la vieja cantina con los mismos banderines
colgados en la puerta que seguro eran los mismos que había visto hace unos cuantos
años la última vez que entro a tomarse una.
El recibimiento del bocha no fue demasiado
efusivo, y Pedro que estaba sentado acodado al mostrador justo alado del bocha
tampoco mostro jubilo en su cara cuando el entro.
Entonces recordó la ultima vez,
aquella en la que habían hecho la tramoya para que el Bocha se quedara con la
cantina y la mujer que ahora tenía.
Entonces recordó el robo
inventando del dinero de la caja, entonces recordó como habían echado a patadas
al anterior dueño.
Y como el Bocha en entrada
triunfal se quedaba con los dos trofeos la cantina y la mujer
Sin mediar muchas palabras cada uno
ocupo su lugar en la silla que le correspondía en la mesa de siempre.
En el mostrador el cartel de
VENDE acostado alado de un vaso de caña que parecía no tener dueño, esperaba.
El que pierde paga dijo uno y comenzó
el juego entre flores envidos y otras trampas la noche se fue rápida.
Nadie perdió, nadie pago y
alguien colgó el cartel…esta vez habría retirada triunfal con caja registradora
bajo el brazo por si acaso….