Tango, pretender no el de siempre.
Y el trago largo, en el algo del minuto.
Portón, sin arabescos de hierro.
Y el no rosal, de la casita.
Buscar el no perfume, del momento.
Olvidarse, del crimen pasional.
De la pasión al pedo.
Entrar en el no tango, abandonar
De a ratos la melaza.
El no tango, del basural de enfrente.
De la frente fresca y no marchita.
De la mina que es y no que fue
Del bar borracho, con almanaques obscenos.
En donde el arrabal también se huele.
Dejar al bandoneón que se lastime.
Buscar la cicatriz y no la herida
Tantear la riña, y calcular.
Cuando es momento de entrar.
Pero no tomar la huida.
Para volver al tango, y despechar.
Y portonear , por pasión.
Marchitarse la frente una vez más.
Y desgarrarse en bandoneón dolor.
Para quedarse en un tango.
Por un rato.
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