lunes, 5 de mayo de 2014

LA TRAMOYA

Esa mañana no le importo tener aquella melena rancia  que se notara a lo lejos que no se lavaba la cabeza hacia unos cuantos días. No le dio pudor como otras veces salir a la calle con aquella melena infame que había querido ser el comienzo de una vida rocanrolera. Y que termino siendo violada por un carnicero de la otra cuadra y la insistencia de un padre desesperado cuando arrancaba con su primer empleo. Para él la primera vez que se prostituía.
Después, mucho después, con los años  confesaría que no había estado mal haberse prostituido en una carnicería de barrio  entre el frio y las medias reces. Esperando cada mañana que llegara la hora de irse y sintiéndose vivo cumpliendo la tarea había aprendido mucho
En un rato todo podría ser distinto, arrancaba para el encuentro con el Bocha y otra gente de la barra que no veía hacía mucho tiempo.
Mientras hacia aquel recorrido a la cantina que podría hacer caminando para atrás, con los ojos vendados o de cualquier otra forma exótica. Recordaba los tiempos en que en la cantina estaban todos y el camino posterior en el que iban desapareciendo uno a uno a medida que el tiempo pasaba ,el rocanrol se enredaba en las patas y cada uno entregaba su cuerpo al gigoló que mas pagara.
El entre las carnes, Pedro en la carpintería de la otra cuadra y el Bocha….El bocha que luego de un episodio un tanto confuso termino por quedarse con la Cantina siendo el nuevo encargado de matar las penas con alcohol de los prostitutos de la vuelta que salían de la fabrica después que sonaba la sirena a las cinco de la tarde
En fin que después de ese derrotero intelectual se encontró en la vieja cantina con los mismos banderines colgados en la puerta que seguro eran los mismos que había visto hace unos cuantos años la última vez que entro a tomarse una.
El recibimiento del bocha no fue demasiado efusivo, y Pedro que estaba sentado acodado al mostrador justo alado del bocha tampoco mostro jubilo en su cara cuando el entro.
Entonces recordó la ultima vez, aquella en la que habían hecho la tramoya para que el Bocha se quedara con la cantina y la mujer que ahora tenía.
Entonces recordó el robo inventando del dinero de la caja, entonces recordó como habían echado a patadas al anterior dueño.
Y como el Bocha en entrada triunfal se quedaba con los dos trofeos la cantina y la mujer



Sin mediar muchas palabras cada uno ocupo su lugar en la silla que le correspondía en la mesa de siempre.
En el mostrador el cartel de VENDE acostado alado de un vaso de caña que parecía no tener dueño, esperaba.
El que pierde paga dijo uno y comenzó el juego entre flores envidos y otras trampas la noche se fue  rápida.
Nadie perdió, nadie pago y alguien colgó el cartel…esta vez habría retirada triunfal con caja registradora bajo el brazo por si acaso….


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