lunes, 8 de noviembre de 2010

Juego

Una cantidad de jugadores de ludo.

En una mesa tablero.

Ya no juegan, recuerdan lo jugado.

Creen que el dado ya no podrá girar.

Hace tiempo que lo estudian

Mientras tanto no juegan.

Mientras tanto los números dadálicos

Se quedan en las caras quietos.

Y no giran, y no se vuelven instrumentos

azarosos, para el movimiento.

Porque los jugadores no son tales.

Los dados son cajitas cúbicas pecosas.

Y el jugador del sombrero, lo seguirá mirando.

Y la sombra del árbol de la plaza seguirá estando.

Sobre la mesa en la que miran el dado.

Eso es lo que tiene un buen cuadro, pienso

Mientras miro aquel ludo eterno y en el sofá pienso.

Que en un rato frente aquel no juego estaremos de nuevo.

Jugando mientras ellos para siempre

Pierden el tiempo por nosotros

Que inventamos juegos todo el tiempo

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