Hoy llegué tarde a Juárez.
Y me apareció el arrabal después del
Blanco perfume, olor dulce.
Hoy como otras veces llegué tarde.
Y se me revuelve la tardanza en todo el cuerpo.
Juárez no esperó en ninguna parte.
Mi llegada, llegó después de nada
Igual que siempre cuando tenía que llegar.
No hay mas remedio.
Por suerte llegué, aquella vez más que temprano.
Y te vi el pañuelo desde lejos.
Y no tuve que conocer tu tango tardíamente.
Por habérseme echo tarde, como a veces.
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